diumenge, 14 de juny del 2009

La revolución no se vende en El Corte Inglés

Nota: La notícia original es troba al bloc d'en Jordi Adell

Una cita para recordarla dentro de un par de años, cuando se haga balance del impacto de los portátiles en el aprendizaje de los alumnos (seguramente mediante pruebas estandarizadas basadas en el currículum de principios del siglo XX que disfrutamos). La he leído hace un rato en un texto de Wes Fryer en la web del 30th Annual NECC 2009:

“…the billions schools have spent on computers have had little effect on how teachers and students learn… The reason for this disappointing result is that the way schools have employed computers has been perfectly predictable, perfectly logical– and perfectly wrong. As we show in this chapter, schools have crammed them into classrooms to sustain and marginally improve the way they already teach and run their schools, just as most organizations do when they attempt to implement innovations, including computers. Using computers this way will never allow schools to migrate to a student-centric classroom.”

Christensen, Horn & Johnson. Disrupting Class: How Disruptive Innovation Will Change the Way the World Learns. McGraw Hill. 2008. pp. 72-73.

Traducción (más o menos):

“…los miles de millones que las escualas han gastado en ordenadores han tenido poco efecto en cómo los profesores y alumnos aprenden… La razón de este decepcionante resultado es que la manera en la que las escuelas han utilizado los ordenadores ha sido perfectamente predecible, perfectamente lógica –y perfectamente equivocada. Como mostramos en este capítulo, las escuelas los han embutido en las aulas para apoyar y marginalmente mejorar la forma en la que ya enseñan y gestionan sus escuelas, de la misma manera que lo hacen muchas organizaciones cuando intentan poner en práctica innovaciones, incluyendo ordenadores. Usar los ordenadores de esta forma jamás permitirá a las escuela migrar a una aula centrada en el estudiante.”

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